Puede parecer una pregunta extraña pero seguro que la inmensa mayoría de normoyentes nunca se ha planteado cómo se despierta una persona sorda a una hora concreta si no puede escuchar el despertador… y ahora les pica la curiosidad.
Son las (malditas) siete de la mañana y el desagradable sonido del despertador empieza a taladrarnos la cabeza hasta que conseguimos estirar el brazo y apagarlo. Es un acto reflejo en el que no vemos nada extraño pero si nos ponemos en otro escenario, en el que no oigamos el pitido… ¿Cómo fiarnos de nuestro reloj biológico para estar a la hora adecuada en la oficina?
Este es un escalón más que las personas sordas o con problemas de audición tienen que escalar. Afortunadamente, hay algunas ayudas técnicas que pueden hacer su vida más fácil:
Reloj despertador:
Tiene luces intermitentes para que te levantes al ver los flashes y una almohadilla que se conecta al aparato y se coloca debajo de tu almohada. Esta vibra a la hora exacta en la que te tienes que despertar.
Además, avisa cuando alguien pulsa el timbre de tu casa, el timbre del portero automático, el teléfono, tiene detector de humos, etc. Incluso, te avisa si tu bebé está llorando en otra habitación de la casa gracias a un receptor. Todo mediante avisos visuales.
Reloj de pulsera:
Gracias a la vibración en la muñeca, ayuda a que te despiertes.
Reloj despertador compacto:
Se mete directamente el despertador, que tiene un diseño muy plano, debajo de la almohada y vibra en el momento en el que lo hayamos programado.
Y la ayuda manual, por supuesto. Es decir, el muy socorrido ‘mamá, despiértame a las 8’ o ‘cariño, a las 9 me avisas, que no llego a trabajar si no’. Los otros nunca fallan… Este último, no podemos asegurarlo 🙂