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Para trabajar en la inclusión hay que empezar por permitir que que los audífonos no sean un artículo al alcance sólo de algunos.

 

Así estaba la situación en la década de los 80 a la hora de comprarse unos audífonos, cuando yo empezaba a trabajar en este gabinete: si se trataba de adaptaciones infantiles la subvención era total, presentando la factura en la administración correspondiente se abonaba el 100 % del importe. A usuarios adultos se abonaba un porcentaje de la factura, presentando 2 presupuestos de dos centros diferentes, eligiendo siempre el más económico. No te pedían ni relación de ingresos, ni declaración de la renta, ni nada de nada…se abonaba de forma universal.

La compra de audífonos, las reparaciones, incluso el gasto de pilas consumidas durante todo el año, eran gastos que desgravaban en la declaración de la renta.

Mi pregunta es ¿Por qué ahora, que estamos como estamos con esta crisis salvaje, y que miles de personas sordas no pueden permitirse la compra de unos audífonos, aunque se trata de instrumentos IMPRESCINDIBLES en su vida diaria , sin los cuales no quieren ni salir a la calle… por qué ahora no existen esas subvenciones, ni esa desgravación fiscal que tan bien recibidas serían y tanta falta hacen? ¿Qué deberíamos hacer para poner en marcha de nuevo aquel sistema de subvenciones y desgravaciones?

Yo creo que deberíamos empeñarnos en conseguir que cada vez más personas puedan acceder a más cosas que les faciliten las tareas diarias, el disfrute de su ocio, la realización de su trabajo y la comunicación plena con los demás.