Si una vez que has decidido ponerte audífonos te surge el dilema sobra cuál comprar, hay algunas variables que tienes que tener en cuenta.
Parece que la pregunta ¿cuáles son los mejores audífonos? es sencilla de contestar: ”los mejores audífonos son los más caros”. Pero no es así, ya que entran varios factores: el tipo de sordera y el porcentaje de pérdida auditiva de que se trate (y como no hay dos sorderas iguales, aquí ya se empieza a complicar el asunto).
La edad es otro factor importante. No es lo mismo adaptar audífonos a una persona mayor que ha ido perdiendo audición poco a poco con el paso de los años, que a niños con sordera congénita, a jóvenes que han padecido alguna enfermedad infecciosa y han sido tratados con medicamentos ototóxicos, o a trabajadores adultos que han sufrido trauma acústico ocasionado por el ruido en sus lugares de trabajo. Tampoco es lo mismo si el problema esta en el oído medio o en el oído interno, siendo en este ultimo donde se encuentra las mayores dificultades de adaptación ya que afecta directamente a la inteligibilidad del habla, es decir “se oye hablar pero no se entiende bien lo que se dice”.
Tal vez la novedad más relevante que se está produciendo en estos últimos años dentro del campo de los audífonos es la que destaca la importancia del cerebro como principal protagonista de la audición. Por tanto, los mejores audífonos serán los que ayuden al cerebro a interpretar el sonido e incrementar la inteligibilidad del habla, y permiten una adaptación personalizada que dé respuesta a las necesidades de escucha y las preferencias de cada usuario.
En el caso de los niños, que sus cerebros reciban la estimulación necesaria para aprender a oír, hablar y leer. Y en el caso de nuestros mayores, que sus cerebros no se deterioren más rápidamente por la falta estímulos auditivos, que no dejen de comunicarse con el mundo que les rodea y que no se sientan aislados ni deprimidos.