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No creeríais que los audífonos han sido siempre pequeños, monos, digitales y muy prácticos ¿verdad? Gracias al ingenio humano, la historia de los audífonos es la historia de la evolución y la inclusión.

 

Estamos en el año 1640, en Italia. La Edad Media va quedando atrás y la Era Moderna se abre paso en el continente. Un noble escribe sobre un cuerno con forma de trompeta que amplifica el sonido en el oído de una persona. Y no, no era una discreta tompetilla sino un aparato de unos 60 cm. que sobresalía del oído y que se hacía con cuernos de animales o conchas marinas. De hecho antes, en 1588, Giovanni Porta, en su libro ‘Magia Naturalis’ hablaba de aparatos para oír con la forma de orejas de animales.

Hacia el 1800 ya se empezaron a comercializar trompetillas específicas para gente con pérdida auditiva. Fue en Londres donde Frederick C. Rein estableció la primera compañía dedicada a esta labor. No eran eléctricos pero incluían una urna y tubo acústico, y trompetilla para el oído.

Muy poco después, en el 1936, Alphonsus William Webster patentó una pieza curva que se colocaba detrás del oído y que es conocida como la primera patente británica de audífonos.Audífono de Frederick Rein

Hubo un tiempo en el que estos grandes aparatos eran decorados con flores y artificios de todo tipo, para darles un toque personal imaginamos ya que hacerlos discretos era una misión casi imposible. Hasta tal punto se hacía que el rey Juan IV de Portugal se hizo un audífono-trono, con dos leones con la boca abierta, a modo de trompetillas, que nacían en los reposabrazos y llegaban hasta el respaldo para que pudiera escuchar.

Una gran evolución

A partir del 1900, se empezaron a desarrollar los audífonos de carbón. Ya eran eléctricos. Generaban  electricidad a través de unas pequeñas bolas de carbón pero eran tan aparatosos que tenían que utilizarse dejándolos apoyados en una mesa. Poco a poco se fueron haciendo más pequeños… pero el sonido no era muy bueno.

Y por fin llegó el tubo de vacío. Con él se alcanzaron los 70 dB y no sólo eso, sino que el sonido era más limpio y nítido que con cualquier aparato anterior. Pero algo negativo tendría que tener ¿no? Tenía el tamaño y el peso de un ladrillo de construcción. Muy práctico…

El cambio de paradigma

Los años 50. ¡Ay! Esa década del ‘American Way of Life’, de las lavadoras y los coches. Del Rock y los Vintage-Sonotonecócteles. .. y del transistor, por fin. La gente ansiaba un aparato pequeño, que pudieran llevar con ellos y casi no se notara. En 1953, el 50% de los aparatos vendidos eran transistores. En 1954, el 97%. En 1956 nació el diseño que se mantiene hasta el día de hoy, el de los retro auriculares.

En 1996 llegó la otra gran revolución: el cambio a lo digital, lo que supone el 90% de los audífonos que se adaptan en la actualidad. Estos, gracias a un chip, convierten los sonidos en señales digitales y los reproduce de forma exacta.

En 2016, sí, este año, se ha dado un pasito más. Oticon ha creado un chip específico para sus audífonos. Cincuenta veces más rápido, con 64 canales de frecuencia y con un análisis del entorno de más de 100 veces por minuto. Si te los pones, no querrás quitártelos ¡Ven a probarlos a Inesa Audífonos!

Fuentes:  Medel
Hearing Direct