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Cuando a nuestro hijo se le diagnostica pérdida auditiva o algún tipo de hipoacusia o sordera, hay diferentes maneras de ayudarle para que la vida del niño sea lo más plena posible.

Tu hijo tiene hipoacusia ¡que no cunda el pánico! Tu hijo es un niño o una niña normal, completamente normal y para que su desarrollo también lo sea, hay que ayudarle de la misma forma que ayudaríamos a cualquier otro niño. Con unos sencillos pasos, podemos empezar el camino hacia una evolución plena:

-Si ya le han puesto sus primeros audífonos, hay algunos truquillos para que se sienta cómodo con ellos y no se los intente quitar, como ponerle su cinta del pelo favorita alrededor, si es invierno, un gorro bonito o con el calor una visera… y sobre todo, hacerle comprender que están ahí para ayudarle y que sí, le hacen diferente pero porque todos somos únicos.

Háblale mucho, conviértete en su cotorra particular para que se acostumbre a las palabras y sonidos.niño3

-Sé todo un literato con descripciones detalladas de lo que ocurre, de los eventos, de las situaciones y de los planes que vayáis a hacer juntos para que se quede con ellos y se sienta integrado.

-Señala las cosas y llámalas por su nombre, que el niño los memorice como si fueran etiquetas.

Leed juntos muchos libros, cuántos más ¡mejor!

-Como para cualquier niño, jugar es fundamental para su desarrollo y su felicidad. Prueba con sencillos juegos como estos que puedes hacer en casa:

1-Buscar las diferencias: Coge un folio y divídelo en seis cuadraditos. En cada uno haz el mismo dibujo con pequeñas diferencias y jugad a descubrir cuáles son, así aumentaréis su vocabulario y niño2practicaréis las palabras que ya sabe.

2-Disfrazarse: ponerse prendas que le hagan convertirse en un médico, en un bombero o un profesor, incluso animales, le ayudará a introducirse en situaciones de la vida real al mismo tiempo que se divierte.

3-Poner etiquetas: si etiquetamos objetos por casa, como ‘silla pequeña’, ‘mesa de comedor’, ‘cortina amarilla’ después podemos desordenarlas y pedirle que las vuelva a colocar en su lugar correcto.

Y sobre todo, darle todo nuestro cariño y comprensión. Que se sienta como lo que es, un niño perfectamente normal y único. Aquí en Inesa tenemos muchos pacientes que están con nosotros casi desde que nacieron y todavía siguen. Verles crecer con nosotros es nuestro mayor placer 😀